miércoles, 20 de febrero de 2008

Magias...

Esa noche, decidió cambiar de esquina. No sabía por qué, pero algo le decía que esta noche iba a ser diferente a las demás de su profesión. Tenía un presentimiento demasiado fuerte. Caminó algunas cuadras y se detuvo en un aesquina nunca antes trabajada. Esa sería su esquina esa noche.
Pasaron las horas pero no los clientes, y Ella seguía ahí, esperando. Reflexionaba sobre
su propia historia. Eso era justamente algo que se había prohibido a si misma, las circunstancias que la habían llevado a ser lo que era eran demasiado trilladas...demasiado comunes en ese mundo como para sentir pena. Pero hoy no podía evitar sentir lástima por su propia persona.
Recordaba su primera noche en la calle, el desconcierto, la oscuridad y, sobre todo, la propuesta de ese hombre que la llevaría a perdición. Esa había sido la noche en la q el frío se adueñó de su cuerpo. Un frío que la acompañaba desde entonces y que ya era parte de su cuerpo. Un frío que no aplacaba la ropa, ni las mantas, ni el fuego. Un frío que le venía de adentro.
Hoy ese frío se había intensificado. No podía evitar temblar aunque lo disimulaba bastante bien. No sabía q la había llevado a cambiar de esquina, pero estaba segura de que hacía lo correcto. Las horas seguían pasando y Ella, inamovible, con la mirada perdida en algún lugar del recuerdo.
Fue por eso que no lo vio acercarse, no siquiera notó su prescencia. Sólo un calor q se apoderaba de su cuerpo con la misma intensidad con la q el frio lo había hecho antes. Entonces lo miró. El le sonreía.
- Sabía q estarías aqui- dijo El.
- Te estaba esperando.

Y tomados de la mano, comezaron a caminar.

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